No queda otra, no hay mejor sitio d
onde ir, este martes día 18, diez de la noche, todos a nuestra casa, esa que presume orgullosa de ver jugar al mejor equipo del mundo, de la casta y el coraje, de la lucha incansable, que nos ha echo llorar, que nos ha echo reír, que llevamos en la sangre como rojo es su color, rojo y blanco para no confundir con otros que estarán muy bien para lo que estén pero no para nuestro Sevilla y es que así lo aprendimos de pequeño: "...es un grito rojiblanco que empezamos a entonar...".
El club sabiendo de la importancia del
encuentro ha puesto precios asequibles para que no falte nadie, ni la suegra, ni el amigo, ni la novia/o ...nadie debe faltar a esta gran cita que nos dará el pase a las semifinales de la Copa del Rey.
Un
a vez
más, aunque me tachen de pesado aunque otra cosa no tiene lugar, diré que no quiero ver a nadie con las manos quietas y la boca cerrada.
Recuerda que aquí hay una premisa, animar hasta después del partido para que el estadio sea un verdadero acojone para el rival, en este caso uno al que le dicen submarino amarillo, de nuevo falsedad porque de siempre el submarino amarillo ha sido ese Cádiz desde antes que el loco de Mágico González nos hiciese disfrutar con sus jugadas y sus goles.
Tráete todo, no te dejes nada en el armario, la bufanda, la bandera, la camiseta y sobre todo la ilusión y las ganas de sevillismo y si no las encuentras mira al cielo y seguro que allí la encontrarás.
A nosotros los Biris, lo de siempre, al que no anime colleja que le pegue el de al lado. Preferible acabar muerto de animar que arrepentido de no haberlo hecho o hecho a medias. Solo de nosotros depende como siempre arrancar la fuerza del Ramón Sánchez Pizjuán.
Que no falte nadie, tenemos que marcar el primer gol nosotros, la afición, esa que muchas veces no sabe lo que quiere y el que firma estas letras lo tiene muy claro, ganar, ganar, ganar, que importa el juego, para que jugadas de tiralíneas y fútbol espectáculo si al final acabas perdiendo.
Ganar, ganar y ganar, no queda otra, porque lo que aquí realmente importa es que cuando el amo del silbato diga que esto se acabó, estemos pensando en el siguiente partido de semifinales.
Partido de semifinales que visto lo visto, va a tener mucha tela por cortar, porque si la cosa no cambia nos enfrentaremos al equipo de la mafia, la manipulación, que acojona a los árbitros en el túnel de vestuario en los descansos... pero de esto ya hablaremos.
Ahora lo dicho, martes 18, diez de la noche. Te espero en la bombonera. No faltes. La copa es nuestra.
Hasta la muerte
DrakodeGades
Un saludo
2 comentarios:
Mala noche en la que los mismos errores de siempre nos lastraron el partido.
¿Se jugó bien? Yo considero que se juega bien si se gana, si no ¿para que sirve?
En fin, el Martes esperemos que sea otra historia
Un abrazo
Seguro que el martes es otra historia
Abrazo,RAfa!
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